11 Nov El camino Ignaciando a su paso por Montserrat
El Camino Ignaciano recrea el itinerario que el caballero Ignacio de Loyola recorrió en 1522, desde Loyola (Azpeitia, País Vasco), su pueblo natal, hasta Manresa, ciudad donde estuvo durante 11 meses antes de viajar a Tierra Santa. Manresa se convirtió desde entonces en el emplazamiento clave en la vida y obra del Santo. Es en esta ciudad donde San Ignacio, fundador de la orden de la Compañía de Jesús (Jesuitas), tuvo las experiencias místicas y espirituales que le inspiraron en la redacción de su obra principal: los Ejercicios Espirituales. La ruta, dividida hoy en día en 27 etapas, transcurre durante 650 km por cinco comunidades autónomas: País Vasco, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña.
La última etapa del Camino Ignaciano transcurre en la comarca del Bages, dentro del territorio del Geoparque Mundial UNESCO de la Cataluña Central. Un trazado en el que disfrutaremos de espectaculares panorámicas de Montserrat. También nos adentraremos en un paisaje moldeado por el pasado fuertemente vitivinícola de la comarca que nos ha dejado de herencia un extenso patrimonio de piedra seca.
La ruta se inicia en la plaza de la Abadía de Montserrat y continúa por el Camino dels Degotalls. Por delante, nos aguarda una caminata con tendencia descendente mayoritariamente excepto el tramo que culmina en la sierra de Montlleó, donde encontramos la subida más remarcable de la etapa. Una vez aquí, el terreno se suaviza hasta llegar a Manresa. La Cueva de San Ignacio nos marcará el final de etapa y este camino.
UN CAMINO DONDE DESCUBRIRÁS ALGUNAS DE LAS JOYAS DEL BAGES
El camino está señalizado con baldosas con un sol y con flechas de color naranja. La etapa se inicia en la Abadía de Montserrat donde podemos llegar con el Aeri de Montserrat. Es allí donde el caballero Ignacio, ya convencido de que su vida se encaminaría hacia la búsqueda de Dios, decidió dejar la espada a los pies de la Virgen de Montserrat y desprenderse de sus vestidos de noble para entregarlos a un pobre, antes de iniciar el camino hacia Manresa.
La ruta le llevará hasta Monistrol de Montserrat, uno de los cuatro Portales en la Montaña de Montserrat. Es una villa antigua, cruce del Camino Ral de Barcelona en Manresa con el camino de peregrinaje a la abadía. El pueblo aparece citado ya en documentos del siglo X y conserva actualmente un interesante núcleo de estilo medieval y renacentista. Pasará por Marganell, un pequeño pueblo ubicado dentro del Parque Natural de la Montaña de Montserrat que brinda un magnífico paisaje del macizo montserratino. De Marganell, también destacan sus itinerarios románicos, que incluyen el antiguo monasterio de Santa Cecília, la iglesia de Sant Esteve y el monasterio de Sant Benet.
Al paso por Castellbell y el Vilar, el camino transcurre por el núcleo de Sant Cristòfol de Castellbell, entre campos de cultivo e iglesias románicas como la de Sant Jaume y Sant Cristòfol de Castellbell. Es aquí donde en 1522, estando alojado en la masía de Enric de camino hacia Manresa, el peregrino Ignacio hizo construir un pozo. Desde entonces, este pozo siempre ha brotado y nunca ha faltado agua. Por este motivo al pueblo se le conoce como el Pozo de los Milagros.
Castellgalí, situado en un punto estratégico, se convierte en un cruce de caminos con una fuerte tradición de peregrinos. El Camino de Santiago y el Camino Oliba confluyen aquí con la Ruta Ignaciana que atraviesa el municipio. También es un cruce de ríos gracias a la confluencia del Llobregat y el Cardener.
Finalmente, el camino nos lleva a Manresa donde, desde el mirador de la torre de Santa Caterina se puede disfrutar de una excelente panorámica del conjunto monumental formado por la Cueva de Sant Ignasi, la Seu y el Pont Vell sobre el Cardener. Será el preludio de lo que nos espera una vez lleguemos: una ciudad milenaria con un singular patrimonio medieval, barroco y modernista. La estancia de San Ignacio, uno de los eventos más remarcables de la historia de la ciudad ha dado lugar a un extenso legado patrimonial vinculado a su figura.